Hace un par de semanas, caminando por el casco antiguo de Madrid en una preciosa tarde de sol, me senté en una adorable terraza y empecé a escuchar a dos empresarios clásicos — esos de traje, corbata y pelo engominado — debatir sobre la «moda» en la que se está convirtiendo los Co-Workings.
Dichos individuos tuvieron una agradable charla, a la que no pueda resistirme a escuchar:
- Susodicho A: Macho yo no entiendo esto de los Co-Workings. En las oficinas tradicionales la productividad es mucho mayor en cada empleado. No tienes distracciones, no se pierde el tiempo en tonterías ni se toleran ciertas actitudes que ahora están de moda. Cada uno tiene su sitio, sé que hacen cada uno de mis empleados y no se permiten distracciones. Cuando yo era joven, solo tenía en mente ese objetivo de tener el despacho más grande de toda la oficina, esa marca de poder y prestigio que te da tener tu nombre en el despacho más grande de la última planta. Los chavales que trabajan ahí no saben lo que es trabajar en una oficina … «así va el mundo»
Yo, incrédulo ante dicha visión de lo que son los Co-Workings, no pude más que evitar el acercarme poco a poco a su mesa, intentando escuchar cómo le debatía su compañero de cañas
- Susodicho B: Enserio «A”, ¿esta es tu opinión de los Co-Workings?
- Susodicho A: Sí, llámame vieja escuela, pero lo tradicional funciona y la productividad se ve reflejada. Como te vas a concentrar teniendo a 20 personas en una misma mesa, cada uno haciendo lo de su padre y su madre, con un perro en los pies del hipster programador y el de tu derecha intentando vender galletas online … así poco se va a trabajar.
En este momento el susodicho B se queda pensativo, asimilando si está de acuerdo o no con lo que ha expuesto su compañero. En esos 3 segundos de silencio horroroso, y mientras ambos aprovechaban el momento para dar un trago a su cerveza, cuento 3 y doy el paso.
Disculpen señores, no he podido evitar el escuchar vuestra conversación acerca de los Co-Workings, y me gustaría decir algo para aclararos las dudas, ya que imagino que ninguno de vosotros habéis trabajado en uno verdad?
- Susodicho B: Yo no, la verdad, es más, nunca he entrado en uno
- Susodicho A coge su cerveza y da otro trago sin contestar
Bueno, resulta que yo he trabajado en un Co-Working para una Startup y la experiencia ha sido mucho mayor en relación a sabiduría adquirida, conceptos, contactos y desarrollo personal. El primer día que llegué, dos chavales majísimos se me acercan y se presentan. Actos seguido me enseña las instalaciones ¡VAYA INSTALACIONES! 4 plantas abiertas enteras con peceras para reuniones, 2 cocinas, baños en cada planta, salas de reuniones de 3 tamaños diferentes, mesas adaptables a los equipos, monitores con ruedas, impresoras en cada esquina …. Y ¡¡menuda terraza!! Pero bueno, ¿entiendo que eso lo tiene cada edificio de oficinas no?
- Susodichos A & B a la vez: Sí
Es que lo bonito del Co-Working no está en las instalaciones, está en que los viernes por la mañana se hace un desayuno conjunto entre las 100 personas (+25 empresas) del Co-Working, los jueves vienen dos ponentes de 30 minutos cada uno para formar en diversos temas como marketing digital, SEO, SEM, Desarrollo de Negocio, asesoría, etcetc.. Una vez a la semana la organización te pone en contacto con empresas del mismo Co-Working que tienen posibles sinergias. Eso es lo maravilloso del Co-Working. En que todos los días conoces a gente nueva que aporta o aportará algo a tu empresa. Pasas de estar sentado en una mesa con 20 personas a estar sentado en una mesa donde hay un desarrollador web que te puede echar una mano, donde hay un abogado freelance que te asesora, donde hay una pareja de marketeers que te van a ayudar a aumentar tus ventas.. ¿Queréis que siga?
En ese momento, ambos se me quedan mirando y asienten … chaval, cómo te llamas — me preguntan — ¿eso es relevante?, les contesto. Se ríen, y acto seguido me invitan a sentarme. Entiendo ese miedo que os puede generar, les digo, pero vivimos en una nueva era. En una era de crecer conjuntamente, en una era en la que es mejor caminar con alguien, que hacerlo solo. Entrar en una sala en una oficina donde la gente te ve como su competencia — hacerme caso — no se puede comparar con entrar en una sala donde todos están deseando que les cuentes tu historia, y que unidos se haga algo grande. Y eso señores, es la definición de Co-Working